Soshokukei danshi: hombres con belleza femenina

BUENO NO ES UNA NOTA PRESISAMENTE DE ARASHI, PERO SI ES UNA NOTA QUE SE ME HIZO INTERESANTE PARA COMPARTIR CON USTEDES, Y SERIA BUENO CON MUCHAS PERSONAS QUE NO ENTINDEN CIERTAS COSAS, PERO EN FIN SIN MAS RODEOS LES DEJO LA NOTA PARA QUE VEAN A Q ME REFIERO Wink

Ser hombre no significa músculos y fuerza bruta. Las nuevas generaciones de jóvenes japoneses así lo entienden. Han optado por un tipo de belleza masculina con la delicadeza femenina. Son los “ojo man”, “bishonen”, conocidos también últimamente como “soshokukei danshi” o los chicos herbívoros.
La apariencia de los rudos samuráis de las películas de Akira Kurosawa ha sido reemplazada por las imágenes en afiches de actores y modelos, cuyos rostros son fácilmente confundibles con el de una mujer.

Hyde, Gackt, Yamapi, Oguri Shun, Jin Akanishi, Matsumoto Jun, son solo alguno de los exponentes de este patrón de belleza que hace delirar a las jóvenes niponas y miles de fans en el extranjero. Sino, preguntémosle a las fans de Arashi en Perú.

Si bien este tipo de belleza de “garçon au féminin” es confundida en occidente con homosexualidad, o en el mejor de los casos encasillada en los metrosexuales, la aparición o reaparición de los soshokukei danshi en la sociedad japonesa va más allá de maquillaje o rostros delicados.

Es más una forma de vida, contraria a la que tenían como estigma los japoneses post segunda guerra mundial. El trabajo duro y el espíritu competidor que acompañó al japonés de la post guerra ya no forma parte del ideal de vida de la nueva generación, que quizá no parezca concordar con la visión machista de la sociedad nipona.

Por el contrario, para los soshokukei danshi ni el exceso de trabajo ni el buscar una esposa son el eje central de sus vidas, lo que según Times de UK, ha mejorado el ambiente en algunos centros laborales, y los hábitos de consumo.

Hasta la década de los 80, los hombres japoneses tenían la obsesión de conseguir un buen empleo y encontrar una buena mujer. Para ello, adquirían autos. Sin embargo, Megumi Ushikubo, especialista en estudio de mercado en Tokio, explica que actualmente los jóvenes no tienen como prioridad conseguir un carro para impresionar a una chica, lo que también infiere, significa que las mujeres no están detrás de ese tipo de hombres.

Además, como dato interesante, los chicos nacidos en la década del 80 tuvieron en muchos casos padres que trabajan de sol a sol, y sin embargo no era presionados para hacer lo mismo, incluso fomentaban en ellos la libertad de decidir hacer lo que ellos querían. Ellos vieron a un Japón que luchaba contra los efectos de la burbuja económica; desde la rígida educación hasta la burocracia.

Sin embargo, no se sienten con la obligación “samurai” de luchar por la supremacía de Japón. Los herbívoros son más hogareños y no suelen “ir de juerga”. Según una experta consultada por el Times UK, esta generación es más tradicional, más parecida a los japoneses antes de la guerra, mientras que los supercompetitivos fueron realmente los extraños.

Inevitablemente ello se traduce en la moda, donde los soshokukei danshi explotan el consumismo. En el caso de los Ojo man, aquellos japoneses que tienen costumbres más femeninas, buscan lucir a la perfección, desde la punta de la cabeza hasta las uñas. Y eso es justamente lo que vemos en la mayoría de los artistas japoneses: jóvenes que visten a la perfección, con gestos delicados y femeninos.

Y del mismo modo que los anuncios publicitarios se llena de soshokukei danshi o por lo menos cercanos a ellos, en el manga y anime japonés, destacan los bishonen. Desde mi samurai favorito Kenshin Himura en Rurouni Kenshin hasta los “hermosos” vampiros de Vampire Knight o los estudiantes de Ouran High School Host Club, o quizá los jóvenes de Hana Yori Dango.

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CREDITOS LADY OTAKU tongue